¿El vino y las tapas son pareja perfecta?
No hay nada más español que unas tapas con un buen vino. Pero, ¿sabes cuál va mejor con cada una? Si te has liado alguna vez eligiendo entre tinto, blanco o rosado, tranquilo. Vamos a resolverlo sin tecnicismos raros. Porque sí, el maridaje tiene su arte, pero tampoco hace falta un máster para disfrutarlo.
Claves para hacerlo bien (sin complicaciones)
El truco está en que ni el vino ni la comida se pisen, sino que se potencien. Piensa en una conversación entre amigos: si uno grita y el otro susurra, no hay equilibrio. Pues lo mismo con el vino y la tapa.
- Equilibrio: Un vino ligero con una tapa ligera. Un vino potente con una tapa con carácter. Sentido común, ¿no?
- Complementariedad: Sabores que se llevan bien. Un blanco afrutado con una tapa con tomate o queso fresco, por ejemplo.
- Contraste: Los opuestos a veces se atraen. Un vino dulce con queso azul o un espumoso seco con croquetas cremosas.
Vino tinto: cuándo acertar
Los tintos suelen ser la opción segura para tapas con más sabor. Piensa en un buen jamón ibérico: un crianza le da el respeto que se merece.
- Tintos jóvenes: Van bien con tapas con tomate, embutidos suaves o quesos semicurados.
- Tintos con más cuerpo: Perfectos para quesos curados, foie o carnes marinadas.
Vino blanco: más versátil de lo que parece
No, no es solo para el pescado. Dependiendo del tipo de blanco, puedes maridarlo con casi todo.
- Blancos frescos y cítricos: Ideales para aceitunas marinadas, verduras crujientes o quesos suaves.
- Blancos con más cuerpo: Funcionan con setas salteadas, frutos secos y tapas con un toque de especias.
- Blancos dulces: La sorpresa del día. Pruébalo con foie o quesos azules y alucina.
Rosado: el comodín infalible
Si dudas, tira por un rosado. Es el punto medio perfecto entre la frescura del blanco y el carácter del tinto. Con embutidos, tartaletas o una ensalada con queso de cabra, funciona siempre.
la regla número uno: prueba y disfruta
¿Normas? Pocas. ¿Ganas de experimentar? Todas. El mejor maridaje es el que te hace disfrutar. Así que la próxima vez que te pregunten qué vino va con qué, prueba y decide tú mismo. Y si quieres más ideas, ya sabes dónde encontrarlas.
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