
Descubrir el mundo del vino a través de una cata es una de esas experiencias que cambian tu forma de mirar (y saborear) cada copa. No hace falta ser experto, solo tener ganas de disfrutar. Desde Enolovers, Rosa y Pablo siempre dicen que la cata es el punto de partida perfecto para enamorarte del vino sin tecnicismos ni postureo. Vamos a explicarte por qué.
¿Qué es una cata de vinos?
Una cata de vinos es una experiencia sensorial guiada donde se prueban y analizan distintos vinos. Pero ojo, no se trata solo de «beber vino», sino de observarlo, olerlo, saborearlo y, sobre todo, comprenderlo.
Se busca identificar los aromas, sabores, texturas y emociones que el vino despierta. Es una forma de aprender a valorar lo que hay dentro de cada botella: el trabajo del viticultor, el clima del año, la uva, el tipo de crianza…
No hay respuestas correctas: cada nariz y cada paladar percibe algo distinto. Y ahí está lo bonito.
Tipos de cata
Para quienes creen que «una cata es una cata», aquí va una sorpresa: hay muchas formas de catar. Cada una aporta algo diferente.
- Cata horizontal: Comparas varios vinos de la misma añada, pero de bodegas diferentes. Perfecta para apreciar cómo el terroir influye en el resultado.
- Cata vertical: Pruebas varias añadas del mismo vino. Ideal para ver la evolución de una misma etiqueta con el paso del tiempo.
- Cata a ciegas: No ves la botella ni sabes lo que bebes. Tus sentidos mandan. Es una de las formas más objetivas (y divertidas) de catar.
- Cata sensorial o maridada: Combinas el vino con comida, música o ambiente. El objetivo es potenciar sensaciones, contrastar sabores y vivirlo con los cinco sentidos.
En todas ellas, el objetivo es el mismo: entender el vino desde dentro y disfrutarlo con más conciencia y placer.
¿Cómo se hace una cata de vinos?
No hay que ponerse nervioso: no se trata de acertar, sino de sentir. La cata no es un examen, es una experiencia sensorial. Eso sí, se suele seguir una estructura que ayuda a entender mejor lo que hay en la copa.
Fase visual: lo primero entra por los ojos
Antes de probar, observa. Inclina la copa sobre un fondo blanco y fíjate en:
- Color: Los blancos van del amarillo pálido al dorado; los tintos, del violeta al teja. El color te puede hablar de la edad del vino (más teja, más envejecido) o del tipo de uva.
- Brillo y limpidez: Un vino limpio y brillante suele indicar buena conservación. Si ves turbidez, puede ser intencional (como en los naturales) o señal de algo más.
- Lágrima o lágrima de vino: Al mover la copa suavemente, fíjate si el vino forma gotas lentas que caen por las paredes. Cuanto más densas y lentas, mayor contenido de alcohol o glicerol.
Fase olfativa: la nariz también cata
Es el momento de oler. Pero hay un truco: hay que hacerlo en dos pasos.
- Primer nariz (sin mover el vino): Aquí aparecen los aromas primarios del vino, los que vienen directamente de la uva. Fruta, flores, hierbas… ¿te recuerdan a algo?
- Segundo nariz (después de girar la copa): Al oxigenar el vino, se liberan nuevos aromas. Aquí llegan los secundarios y terciarios: notas de fermentación, barrica, cuero, cacao, tostados, fruta confitada…
Consejo: No busques palabras sofisticadas. Piensa en lo que te recuerda: pan recién hecho, manzana verde, tabaco, mermelada, limón… Cada nariz es un mundo, y todas son válidas.
Fase gustativa: lo que realmente importa
Ahora sí: da un pequeño sorbo. Pásalo por toda la boca y presta atención a:
- Ataque: ¿Es suave o potente desde el primer momento?
- Sabores básicos: dulce (alcohol o azúcar), ácido (acidez natural), amargo (taninos) o salado (más raro, pero puede estar).
- Textura y cuerpo: ¿Es un vino ligero como el agua o untuoso como una crema?
- Estructura: ¿Todo está en equilibrio? ¿La acidez pelea con el alcohol o se entienden?
Al tragar (o escupir, si estás en una cata profesional), piensa en la persistencia del sabor. Si el vino sigue hablando después de irse, estás ante algo especial.
Impresión final: lo que te queda
Aquí es donde todo se junta. ¿El vino te ha gustado? ¿Lo recordarás? ¿Te ha hecho pensar en algo, en alguien, en un lugar?
La retrogusto es esa sensación que queda en boca. Puede ser fresca, amarga, cálida, frutal, especiada…
La cata no termina con la copa vacía, sino cuando decides si ese vino merece repetir.
¿Hace falta saber de vinos para disfrutar una cata?
Rotundamente no. Las catas están diseñadas para disfrutar, no para examinarte. Por eso, muchas bodegas como Bodegas Osca o Miquel Jané adaptan el lenguaje, eliminan tecnicismos y convierten la experiencia en algo relajado, divertido y muy sabroso.
Diferencias entre cata y degustación
Aunque muchas veces se usan como sinónimos, no significan lo mismo. Ambos momentos giran alrededor del vino, pero desde ángulos diferentes.
Degustación: el vino como experiencia sensorial y social
En una degustación, no hace falta tener conocimientos previos ni seguir pasos formales. Se trata de saborear el vino de forma natural, acompañado o no de comida, música o paisaje. Lo importante es el disfrute inmediato, el placer sin filtros ni análisis.
Degustar es beber con los sentidos despiertos, pero sin reglas. Ideal para planes relajados, en buena compañía, como los que encuentras en nuestras bodegas enoturísticas.
Entonces… ¿cuál elegir?
Depende del contexto y de lo que busques:
- ¿Quieres aprender, afinar tu paladar y descubrir matices? Ya lo estás haciendo cuando sigues los pasos de una cata.
- ¿Prefieres dejarte llevar y disfrutar el momento sin pensar demasiado? Estás en una degustación.
¿Lo mejor? Combinar ambas. En muchas experiencias de Enolovers, como las de Bodegas Monje o Vile La Finca, empiezas explorando sabores… y terminas riendo con una copa en la mano y un buen maridaje delante.
Porque el vino, cuando se entiende y se disfruta a la vez, deja huella.
Tipos de experiencias de cata que puedes reservar
En Enolovers creemos que no hay una sola forma de catar, y por eso ofrecemos planes para todos los gustos, niveles y momentos. Desde lo básico hasta lo inolvidable, aquí van algunas de las opciones que puedes reservar hoy mismo:
🍷 Catas básicas: para iniciarse sin miedo
Perfectas para empezar. Incluyen la cata de 2 a 4 vinos con una explicación sencilla y cercana. Normalmente se realizan en la propia bodega y duran entre 1 y 1,5 horas.
💸 Desde 12 €.
👉 Ejemplo: Cata en Bodegas Osca en el Somontano, entre cavas del siglo XV.
🧀 Catas maridadas: vino + comida, el dúo ganador
Aquí el vino se acompaña de quesos, embutidos, tapas o incluso bombones. El objetivo es descubrir cómo interactúan los sabores y disfrutar el maridaje como un plan completo.
👉 Ejemplo: Cata maridaje en Bodegas Gratias con productos locales como mojama, almendras o chocolate con sal.
🕶 Catas a ciegas: pon a prueba tus sentidos
No verás el vino, pero lo sentirás como nunca. Con copas opacas o antifaces, se eliminan los prejuicios. Todo se basa en aroma, textura y sabor.
👉 Ejemplo: Cata a ciegas en Bodegas Osca, donde la intuición vale más que la etiqueta.
🍇 Catas en viñedo o junto a las barricas: el vino en su hábitat
Para los que quieren algo más inmersivo. Paseos entre cepas, explicaciones sobre el cultivo y cata al aire libre o dentro de la sala de crianza.
👉 Ejemplo: Cata a pie de bota en Bodega Manuel Aragón o Vile La Finca, con buggy y vistas a los Picos de Europa.
🎉 Catas con actividades extra: vino + diversión
Cuando la cata se mezcla con gastronomía, naturaleza o entretenimiento, nacen experiencias memorables.
👉 Algunas favoritas en Enolovers:
- Taller de mojos y cata en Bodegas Monje: haz tu propia salsa canaria.
- Cata con risoterapia y almuerzo en Diecinueve Añadas: ríete, prueba y repite.
- Clos Pachem: cata con paella y vistas al Priorat: el plan redondo para foodies.
¿Cuánto cuesta una cata de vinos en España?
En Enolovers hemos hecho los deberes. Según este artículo, estos son los rangos reales:
No hace falta ser sumiller ni romper la hucha para vivir una buena experiencia vinícola. En Enolovers hemos recopilado precios reales y actuales de nuestras bodegas para ayudarte a elegir el plan que mejor se ajusta a ti.
💸 Catas básicas (10 € – 18 €)
Son la puerta de entrada al mundo del vino. Suelen incluir la degustación de 2 a 4 vinos con una breve explicación, y a veces algún pequeño picoteo (queso, pan o embutido).
👉 Ejemplo: Bodegas Osca ofrece una cata guiada en bodega con vinos de Somontano por solo 12 €.
🍷 Catas intermedias (18 € – 35 €)
Aquí ya entran en juego elementos como maridajes, vinos especiales, entornos únicos o actividades complementarias.
👉 Ejemplo: Picoteo andaluz y cata en Bodegas Quitapenas: 3 vinos y picoteo local en Málaga por 35 €.
👉 Otro planazo: Cata entre tinajas en Torres Filoso por solo 24 €.
🍽 Catas premium (de 35 € hasta 150 €)
Experiencias completas, pensadas para quienes quieren algo inolvidable: visitas guiadas por viñedos, comidas o cenas, catas con vinos de autor, risoterapia, buggy entre viñas, picnic o talleres gastronómicos.
👉 Ejemplo:
- Clos Pachem: cata + paella con vistas al Priorat, por 80 €.
- Bodega Diecinueve Añadas: risoterapia + cata + almuerzo por 35 €.
- Cata en buggy con comida en cueva en Vile La Finca: un plan para recordar (65 €).
¿Y lo mejor? Con Enolovers siempre pagas lo mismo que en la bodega, pero con la facilidad de reservar desde una sola app.
Busca por zona, tipo de vino o tipo de experiencia y elige el plan que más te apetezca hoy. Brindamos por eso.
Las catas más originales que puedes reservar con Enolovers
Te dejamos tres planazos inolvidables:
- Diecinueve Añadas (Murcia): risoterapia, cata y almuerzo con Juani y Salva. Vino, risa y sabor en una sola experiencia.
- Clos D’Agon (Cataluña): picnic entre viñedos con vistas al mar. Naturaleza y copa en mano.
- Bodegas Osca (Aragón): visita a la bodega más antigua del Somontano con cata a ciegas.
¿Es una buena idea para regalar o hacer en grupo?
Sin duda. Una cata es ese tipo de plan que gusta a todos: combina naturaleza, aprendizaje, buen ambiente y una copa de vino. Ideal para:
- Escapadas en pareja
- Regalos de cumple, boda o jubilación
- Teambuildings diferentes
- Escapadas con amigos
¿Por qué vivirla con Enolovers?
Porque en Enolovers:
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- Reservas fácil y al mejor precio garantizado.
- Te aseguramos bodegas con alma.
- Cada experiencia ha sido seleccionada por Rosa y Pablo, que no recomiendan nada que no hayan probado.